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En Pequeñas Figuras, Sarah Vanagt juega una y otra vez con su pasión
por la historia, la perspectiva y el compromiso social. Disponiendo de
una locación, los ´Kunstberg´, pero específicamente en las tres estatuas
locales de allí, Vanag sitúa a la vez la historia de los niños emigrantes
que despiertan una conversación entre las estatuas, en un sorprendente
y agudo tono, no siendo posible de situar históricamente. El escenario
tiene un aspecto desacelerado, que refuerza el sentimiento de recuerdo,
y este hace avanzar por el surgimiento de las asociaciones.
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