Secciones: Miradas de género

Coordinadora: Cynthia Judkowski - cynju05@yahoo.com.ar

"Romper la inercia, caminar sin obediencia, gritar la injusticia, abrazar la equidad."

 

 

El género se nutre de modelos y significados que las sociedades construyen en torno a lo que se espera de un hombre o de una mujer, pero lejos de ser una estructura inmutable y rígida, deben ser permanentemente cuestionados, desobedecidos. Sobre todo cuando esos modelos esconden opresión, discriminación, violencia e injusticia. Todavía somos espectadores de conductas amorales que conducen a mujeres de todo el mundo a despojarse de su propia subjetividad. Mandatos culturales y silencios cómplices legitiman desequilibrios en las relaciones ocultando conductas opresivas que atentan sobre la dignidad y la autoestima; mandatos que se hacen cuerpo, actos feroces que promueven la desvalorización y la violencia hacia lo femenino, sometiéndonos a prácticas inhumanas que nos alejan de la tan aclamada equidad de género. 
El cine es una manera de romper con el silencio cotidiano y hacer visibles las formas de relaciones desiguales establecidas entre hombres y mujeres, es un espacio y una forma de discurso que permite desnaturalizar y cuestionar la obediencia, la dependencia, la violencia y la sumisión. Las películas seleccionadas nos llevan a reflexionar sobre los estereotipos sociales que soportan las mujeres de diferentes culturas, las sugestiones sociales que se encarnan en sus cuerpos.

La sección Miradas de género se construye como un espacio para cuestionar y dialogar frente a temáticas que nos atraviesan a todos. Se trata entonces de discutir para abandonar falsas dependencias, de hacer visible la legitimación de la violencia que se ejerce física y psicológicamente por el sólo hecho de haber nacido mujer, esa violencia feroz que se reproduce en las prácticas de abuso sexual sobre niñas y mujeres, en las redes de trata para la prostitución, en la explotación laboral y en el ámbito familiar. Las imágenes nos interpelan sobre nuestras conductas, nuestros prejuicios y nuestros silencios, nos insisten para que pensemos nuevas formas de mirar y de mirarnos, de relacionarnos y reconocernos en la diferencia. La lucha consiste en hacer temblar lo determinado, en diluir los valores que sostienen la crueldad de unos a expensas de otros. Defender los derechos humanos incorporando la perspectiva de género es una tarea que nos lleva a abatir la inercia y quebrar el silencio de lo injustamente establecido. El camino es largo, es necesario comenzar a ver para dejar de obedecer.




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